sábado, 2 de agosto de 2014

PASIÓN DE LOS FUERTES (1946)



Después de las vacaciones llego con más fuerza que nunca para hablaros del clásico del oeste de John Ford “My darling Clementine”, donde nos cuenta la emocionante historia del Tiroteo de O.K. Corral que enfrentó a los hermanos Earp y a los Clanton. 

Recientemente he visto el Bluray de esta película y los extras nos contaba cosas muy interesantes que desconocía de la película.

La primera cosa ha comentar que el título de la edición del Bluray en español es “La pasión de los fuertes” con el artículo delante, cuando el primer título que se le dio en España fue “Pasión de fuertes”, así que la conoceremos por su título en inglés “My Darling Clementine”, que es el que más me gusta. Lo que está claro que es una verdadera obra maestra de “El hombre que hacía películas del oeste”, un western ejemplar de acción, descripción de personajes y una fotografía irrepetible. 

Jonh Ford en un descanso del rodaje 

Las curiosidades de los extras dicen que el 25 de junio, el productor Darryl Zanuck en un memorándum Zanuck le decía a Ford que no le gustaba el montaje de la película: “No te dije toda la verdad anoche cuando te comenté mis sensaciones de la película. No he podido dormir en toda la noche pensando en ello. Y hoy llevo dándole vueltas todo el día. Tienes en la película un gran número de escenas y secuencias sobresalientes pero para mí, la película en su conjunto es una completa decepción.” 

 El producor Darryl Zanuck
  
Parece ser que la película posee dos versiones, la versión del productor y la versión del director, y para desmitificar el mundo de las obras maestras y sus autores en el cine, la versión que conocemos y se estreno en el cine, es la versión con los retoques sugeridos y organizados por el productor Zanuck, también se dice que esos cambios no molestaron a Ford, aunque sea muy difícil de creer, debido a que sabemos que la película que tenía Ford rodada en su cabeza, era la que al final veíamos en la pantalla grande, ya que era un creador muy celoso de su trabajo. 

 John Ford durante el rodaje de esta película
  
En los extras del Bluray se comenta que la escena Fordiana por excelencia, donde Henry Fonda acude a la tumba de su hermano y habla con él, no fue rodada por Ford, y si incorporada después, tras considerar Zanuck que podría quedar muy bien en la película, recordando la escena de “El joven Lincoln”, en la cual Fonda también le hablaba a la tumba de un ser querido. De esta escena sabemos que al menos el primer plano no fue rodado por Ford, por una carta escrita por el propio Zanuck el 13 de julio de 1946 y mandada a quien realmente dirigió esa escena. 
 “Al señor Lloyd Bacon: Querido Lloyd, creo que las tomas que hiciste para My Darling Clementine son excelentes, y en particular la escena de la tumba, que debería ser una escena impactante. Firmado D.F.Z.”

 Henry Fonda habla a la tumba de un ser querido
  
El caso es que en España solamente se reconoce la versión del productor, la cual es la que ha pasado a la historia del cine. Dice la leyenda que Henry Fonda y Cathy Dawns volvieron al estudio varios meses después de acabar la película, para rodar el beso de la escena final, entonces es un maravilloso misterio que nunca sabremos. Tal como fuera, y rodase quien la rodase, hoy en día la versión que conocemos, es una de más grandes obras maestras del western clásico, y una de las mejores películas de la historia del cine. 


Bonita historia de amor entre Wyatt Earp y Clementine

El duelo de pistolas ocurrido realmente en OK Corral quizás sea la versión de cine más realista, porque como reconoció el propio Ford, coreografió la escena teniendo muy en cuenta la descripción de los hechos que el auténtico Wyatt Earp le había narrado tiempo atrás.

Lo cuenta él mismo en el libro de Peter Bogdanovich: "Yo conocí a Wyatt Earp. En los primeros días del cine mudo venía un par de veces al año a visitar amigos, vaqueros que había conocido en Tombstone, de los cuales había muchos en mi compañía. Creo que yo era ayudante de "atrezzista" entonces y le daba una silla y una taza de café y él me contaba el combate de O.K. Corral. Así que en Pasión de los fuertes hicimos exactamente lo que había ocurrido. No se limitaron a recorrer la calle y liarse a tiros; se trató de una hábil maniobra militar."

Victor Mature en el duelo final 

La razón de que me guste tanto este western es que es una película asombrosa, muy hermosa, rica en imágenes y en personajes, un western conciso y muy bien rodado, donde nos deja una de las mejores fotografías de la historia del cine.

El argumento es de sobra conocido: A Wyatt Earp (Henry Fonda), antiguo sheriff de Dodge City le ofrecen la vacante como comisario de la ciudad de Tombstone, tras haber desarmado a un peligroso delincuente. No tarda Wyatt en hacer amistad con un jugador y pistolero llamado Doc Holliday (Victor Mature). Éste ayudará a los Earp en su lucha contra los Clanton y finalmente participará en el duelo en el Ok Corral.

Fabuloso guión firmado por Samuel G. Engel y Winston Miller, que lo realizaron adaptando una historia de Sam Hellman, basada a su vez en el libro “Wyatt Earp, Frontier Marshal” de Stuart N. Lake. Este libro ya había sido llevado al cine en 1934 y 1939 con el título de Frontier Marshal, aunque en España sólo se estrenó la primera de las películas con el título “El alguacil de la frontera”. Y como muestra el fantástico diálogo entre el sheriff y el barman del saloon. 

- ¿Alguna vez has estado enamorado?
- No nunca, he sido camarero toda mi vida. 

La banda sonora incluye la preciosa canción popular My Darling Clementine de la que el film toma el título. 

  Preciosa canción "My darling Clementine"
  
Parafraseando al gran Jose Luis Garci hablando sobre Ford y el western: “Nadie ha filmado mejor que Ford un baile, un tipo hablando a una tumba, unos jinetes cruzando un río, la vejez, la soledad, la desilusión, la familia alrededor de la mesa, los entierros, las cocinas, el amor, los crepúsculos, el pocillo del café junto a la hoguera, las brumas, el deber, el cielo, los rostros, los caballos, las barras de los bares y esa cosa tan manida que llamamos existencia.” 

O las palabras de Orson Welles: “Como directores favoritos escogería a los viejos maestros, es decir: John Ford, John Ford y John Ford.”

Parte de la culpa de la grandeza de la película la tienen las interpretaciones de los actores principales, un Henry Fonda soberbio (en su vuelta al cine después de participar en la guerra), un prodigioso Victor Mature, que en contra de lo que mucha gente dice, creo que si era un buen actor, sino solamente falta verle recitar a Shakespeare en una bonita escena de la película, Linda Darnell seduciendo con sus canciones a todo el que entra en la cantina, Walter Brennan, en el papel de villano y enemigo de Fonda, todo héroe necesita un villano a su altura, y la hermosísima Cathy Dawns, como la dulce y delicada Clementine. 

Victor Mature recintando a Shakespeare

Ford tenía ese toque mágico que solamente tienen los maestros del cine, sino que alguien me explique cuál es la razón de que algo tan simple como ver a Fonda balanceándose en una silla, sea algo tan bello y mágico. 

  Henry Fonda balanceándose en una silla

Preciosa fotografía en blanco y negro, cada escena parece un cuadro pintado por un pintor renacentista, da la impresión que John Ford encargaba los cielos cada vez que iba a rodar una escena, un western con la más hermosa fotografía de todo el cine del oeste. Con muchas imágenes para el recuerdo, que se quedan en la memoria de todo amante del cine. 

 
 Muchas imágenes para el recuerdo

Muchas escenas mágicas, la anteriormente citada, típicamente Fordiana, donde alguien habla a la tumba de un ser querido, con ese cielo tan característico del cine de Ford, y de una exquisita fotografía en blanco y negro, es de una belleza extraordinaria. 

 Una escena muy Fordiana 
El paseo desde la oficina del sheriff de Wyatt Earp y su amada Clementine hasta donde están construyendo la iglesia del pueblo, que termina con un bonito baile, que bien filmaba Ford los bailes, recuerdo el baile de oficiales también con Fonda en “Fort Apache”. 

 Bonito paseo de enamorados
  

 Nadie filmaba los bailes como John Ford 
El duelo de pistolas tan bien filmado, como por ejemplo la nube de polvo que levanta un carro al pasar, y después de levantarse, vemos que Wyatt ya ha matado a uno de los Clanton. 

 Y dentre la nube de polvo aparece Henry Fonda

Linda Darnell levantando pasiones en el saloon donde trabaja, e intentando buscar la felicidad encontrando a un hombre que la entiende y le ayude a abandonar esa vida miserable que le ha tocado vivir.

Los preciosos títulos de crédito con la banda sonora de My Darlín Clementine, con unas señales donde van apareciendo.

 

 
Títulos de crédito 

Y por último ese final arrollador, donde Wyat Earp se despide de su querida Clementine, prometiéndole que volverá a verla, y dándole un beso casto en la mejilla, y ella viéndole partir hacia el horizonte, es de una belleza grandiosa.

No sabe usted como me gusta tu nombre.



Una de las más hermosas despedidas de la historia del cine  


Trailer de "My darling Clementine"

2 comentarios:

  1. Una gran película, la he vuelto a ver recientemente y sigue emocionandome la escena del paseo hasta el baíle, con el barbero al fondo, todo orgulloso de su obra. Personalmente creo que los cambios realizados en la película para la versión final fueron muy acertados, y es que aquellos viejos productores de cine conocían muy bien su oficio.

    Antonino

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  2. Excelente película. No me canso de verla y volverla a ver. No hay escena que no tenga mención especial. Me quedo más con aquellas que la emoción se hace más fuerte, cuando Doc rompe su título de licenciado en medicina, cuando en el porche se encuentra con Clementine y ella hace alusión al perfume que percibe y Wyatt le contesta que es "él...bueno, el barbero", o la escena del baile. Para mi es el mejor western de la historia.

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